La Buena Semilla: Domingo 26 Abril
Domingo
26
Abril
Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen… para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos.
Mateo 5:44-45
Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados.
Efesios 5:1
Dios es nuestro modelo

Toda persona necesita ser salva por la gracia de Dios. La salvación es gratuita y se obtiene al creer en Jesús, como usted puede leerlo a menudo en este devocional. ¿Se necesita algo más para ser hijo de Dios? No, ¡lo que es absolutamente necesario es: creer que lo que el Señor Jesús hizo en la cruz era imprescindible para entrar en esa relación con Dios!

En los versículos citados en el encabezamiento, los hijos de Dios, y solo ellos, están puestos ante un modelo: Dios. Él nos amó aunque éramos sus enemigos en nuestros pensamientos y acciones. Ahora nos pide que lo imitemos. Para un ser humano, ¿es natural amar a su enemigo? Si fuese así, Dios no tendría que pedirlo. Pero esto solo es posible para los que tienen una nueva vida, la nueva relación que viven con Dios por la gracia, una relación de hijos de Dios, conocido como Padre. Solo porque soy un hijo de Dios puedo imitar a mi Padre, por supuesto, muy débilmente.

Al convertirnos, se estableció una maravillosa relación entre Dios y nosotros, como Padre e hijos. Desde entonces, debemos imitarlo en toda nuestra conducta. Él nos pide que manifestemos Sus caracteres en el mundo, y nos da la capacidad para hacerlo. Por ejemplo, debemos hacer el bien a todos los hombres. ¿Por qué? Porque así actúa nuestro Padre.

“También Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas” (1 Pedro 2:21).

Isaías 38-39 – Marcos 2 – Salmo 49:1-9 – Proverbios 14:15-16