La Buena Semilla: Lunes 29 Agosto
Lunes
29
Agosto
Levantándose, reprendió al viento, y dijo al mar: Calla, enmudece. Y cesó el viento, y se hizo grande bonanza. Y les dijo: ¿Por qué estáis así amedrentados? ¿Cómo no tenéis fe? Entonces temieron con gran temor, y se decían el uno al otro: ¿Quién es este, que aun el viento y el mar le obedecen?
Marcos 4:39-41
Tempestad en el lago
Leer Marcos 4:35-41

Como los discípulos en la barca durante la tempestad, los cristianos atraviesan el mar agitado de este mundo.

Si Jesús está en nuestro barco, aunque nos parezca que duerme, el naufragio es imposible, porque nuestra suerte está unida a la suya. Notemos que Jesús estaba en la popa del barco, cerca del timón. Este detalle nos recuerda que, a pesar de las apariencias, él dirige la barca. Los discípulos, angustiados, no comprendían cómo Jesús podía dormir en semejante situación, y lo despertaron: Maestro, vamos a perecer, ¿no te importa?

Lo mismo sucede en nuestros días: cuando pasamos por momentos difíciles, solemos pensar que el Señor duerme y no se preocupa por nosotros. ¡Qué error! Él mismo dio la orden: “Pasemos al otro lado”. Los discípulos aún no habían comprendido quién era su Maestro. Si hubieran creído su palabra, hubieran estado seguros de llegar a su destino sanos y salvos, a pesar de la tempestad.

Él nos prometió: “He aquí yo estoy con vosotros todos los días” (Mateo 28:20). Con Jesús en la barca de nuestra vida no tenemos nada que temer, aunque parezca que él duerme. Las olas y el viento pueden sacudirnos, pero con Jesús siempre estaremos seguros. Confiemos en él; suceda lo que suceda, él tendrá el control de cualquier situación.

Jeremías 31:21-40 – 1 Corintios 7:1-24 – Salmo 102:1-8 – Proverbios 22:10-11