La Buena Semilla: Miércoles 25 Diciembre
Miércoles
25
Diciembre
Ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos.
2 Corintios 8:9
Un joven refugiado

Tenía menos de dos años, era un niño de una aldea de Judea. Sus padres, pobres y en una situación difícil, habían tenido que dejar su ciudad natal, por orden de los romanos, para ir a ser censados (Lucas 2:1-4). Pero las cosas empeoraron porque el rey Herodes, conocido por su crueldad, mandó matar a todos los niños de la comarca.

Se trata de Jesús, el que había sido anunciado a José y María como el Mesías prometido. Herodes quería eliminarlo porque temía perder su puesto. Así, desde niño, Jesús fue el blanco de un odio asesino. Pero José fue advertido en un sueño: “Levántate y toma al niño y a su madre, y huye a Egipto” (Mateo 2:13). Entonces, Jesús experimentó la situación de los exiliados, como los ha habido en todos los tiempos y los hay aún hoy. Para sobrevivir, esta familia se dirigió al sur, cruzó el desierto de Judea y llegó a su país de refugio.

Jesús fue perseguido desde niño, pero Dios lo protegió. Más tarde, en Nazaret, la ciudad de su infancia, trataron de lanzarlo por un despeñadero (Lucas 4:29), pero Dios velaba por él. Varias veces intentaron matarlo, pero “aún no había llegado su hora” (Juan 7:30). El Mesías debía dar su vida, pero según los planes de Dios, eso se realizaría en un momento preciso: en la fiesta de la Pascua y en Jerusalén. El Señor “se entregó a sí mismo” (Isaías 53:12; Efesios 5:2) por nosotros en la cruz, resucitó para ser nuestro Salvador, y vive para siempre. Es “nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo” (Tito 2:13).

Jueces 16 – Apocalipsis 18 – Salmo 147:1-6 – Proverbios 30:24-28