La Buena Semilla: Viernes 22 Noviembre
Viernes
22
Noviembre
¡Dichoso aquel cuyo ayudador es el Dios de Jacob, cuya esperanza está puesta en el Señor su Dios! Que hizo los cielos y la tierra, el mar, y todo lo que hay en ellos; que guarda verdad para siempre; que hace justicia a los oprimidos; que da pan a los hambrientos. El Señor suelta a los aprisionados; el Señor abre los ojos de los ciegos; el Señor levanta a los agobiados.
Salmo 146:5-8, V. M.
Dios levanta a los agobiados

Hay muchas maneras de estar agobiado en la vida. Podemos estar abatidos por el sufrimiento, el miedo, la culpa… Estar «caídos sobre nosotros mismos», ser nuestro propio centro.

Si con dolor reconocemos esta tendencia a centrarnos siempre en nosotros mismos, en el yo egoísta, escuchemos las palabras del salmo: “El Señor levanta a los agobiados”. ¡Dios quiere liberarnos a través de un encuentro con Jesús!

Lucas relata la curación de una mujer que hacía dieciocho años estaba agobiada, encorvada (Lucas 13:10-13, V. M.). Quizá no tengamos una enfermedad física, pero todos necesitamos ser sanados en nuestro ser interior. Como sucedió con esta mujer, la sanación se produce cuando creemos en el Señor Jesús. ¡Así somos puestos en contacto con el amor divino que se da a sí mismo! Jesús dio su vida por nosotros; murió en nuestro lugar.

Entonces somos liberados, a menudo progresivamente, de todo lo que nos mantenía cautivos. ¡La vida misma de Cristo nos anima! El orgullo da paso a la humildad, el egoísmo a la generosidad, la rivalidad al amor. Y aún más: nos convertimos en testigos que presentan “la palabra de vida” (Filipenses 2:16). Jesús vino “a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos…” (Isaías 61:1). ¡Poderoso mensaje de gracia y sanación que viene de lo alto, que eleva hacia Jesús los ojos de los agobiados!

Josué 10:22-43 – Hebreos 11:1-22 – Salmo 131 – Proverbios 28:9-10