La Buena Semilla: Domingo 28 Julio
Domingo
28
Julio
Esperamos en el Dios viviente, que es el Salvador de todos los hombres, mayormente de los que creen.
1 Timoteo 4:10
En él esperaré.
Lamentaciones 3:24
En él esperaré

Jeremías fue testigo de la primera toma de Jerusalén por parte de los caldeos (unos 600 años antes de Cristo), y en el libro de Lamentaciones describe la dramática situación que vivió. Abrió su corazón y derramó lágrimas ante Dios. Todo era sombrío, sin salida, estaba al borde de la desesperación: “Mi alma se alejó de la paz, me olvidé del bien, y dije: Perecieron mis fuerzas, y mi esperanza en el Señor” (Lamentaciones 3:17-18). Pero de repente declaró: “Por lo tanto esperaré… en él esperaré” (Lamentaciones 3:21-24). ¿Cuál era su secreto para que aún tuviera esperanza? ¿Tenía una fuerza interior que le diera esa esperanza? No, pero conocía la bondad del Señor: “Por la misericordia del Señor no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias. Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad” (Lamentaciones 3:22-23).

En nosotros mismos no hallaremos la energía para animarnos, pero si levantamos los ojos hacia nuestro Dios, bueno y compasivo, la esperanza renacerá. “Si aflige, también se compadece según la multitud de sus misericordias” (cap. 3:32). Sí, confiemos y esperemos en el Dios que nos ama. ¡Su fidelidad es incondicional, él cumple sus promesas!

Lector, usted que está triste, que sufre, únase a nosotros para esperar en Dios. Invoquémosle, contémosle todo nuestro sufrimiento. Con él siempre tenemos motivos para esperar, pues él es “el Dios de esperanza” (Romanos 15:13).

Jeremías 1 – Lucas 11:1-28 – Salmo 89:7-14 – Proverbios 20:10-11