La Buena Semilla: Miércoles 31 Enero
Miércoles
31
Enero
Este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo.
1 Juan 5:11
Yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano.
Juan 10:28
¿El fin de la muerte?

El progreso de la medicina, los avances técnicos que permiten incluso hablar del «hombre aumentado», llevan a algunos científicos a preguntarse: ¿La muerte es realmente inevitable hoy en día? Desde sus primeras páginas, la Biblia explica por qué la muerte llegó al primer hombre y a todos sus descendientes. Nadie ha podido ni podrá escapar de ella, aunque esté dotado de las capacidades que aportaría la inteligencia artificial.

De hecho, la muerte del cuerpo es solo la parte visible del iceberg. Es la consecuencia de un mal mucho más profundo que ha corrompido nuestra alma, la parte inmaterial de nuestro ser, y que no se puede destruir. Este mal es moral y ha degradado nuestra relación con nuestro Dios Creador. Desde entonces, el hombre ha querido vivir independientemente de Dios. Para Dios, estamos “muertos” en nuestros delitos y pecados (Efesios 2:1). Pensar que los avances médicos, informáticos y electrónicos pueden intervenir para anular la muerte es una ilusión sostenida por Satanás, el padre de mentira.

Solo Dios puede salvar a su criatura de esta muerte, y para eso Jesús vino a este mundo. “De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16). Para recibir gratuitamente esta vida, cada uno debe reconocer que se ha apartado de Dios.

Entonces, quien ha recibido esta vida, no se preocupa por cuánto tiempo vivirá en la tierra, porque tiene la vida eterna. ¡Es un regalo de Dios y nadie puede quitárselo!

Génesis 34 – Mateo 20:1-15 – Salmo 18:25-30 – Proverbios 6:12-15