Durante unos treinta años, una palabra intrigó a los habitantes de Sydney, Australia. Cada mañana la palabra «Eternity», cuidadosamente escrita con tiza amarilla, aparecía aquí y allá en la ciudad, en el umbral de una casa, en una acera, en el andén de una estación… ¿Quién era el misterioso «Sr. Eternidad», autor de estos escritos?

Cierta mañana un creyente sorprendió a Arthur, a quien conocía bien, escribiendo en una acera. ¡El secreto sería revelado en toda la ciudad! Desde joven, Arthur Stace había caído en el alcoholismo y había vivido una vida miserable hasta que se convirtió a Cristo, quien lo liberó del alcohol. Tiempo después escuchó a un evangelista decir: «La eternidad… ¿Dónde pasarás la eternidad?». La palabra resonó en su cabeza y comenzó a escribirla en el suelo, aunque apenas sabía escribir. Todos los días, antes del amanecer, salía a la calle y anotaba su breve mensaje tantas veces como podía, invitando así a los transeúntes a reflexionar sobre la brevedad de la vida, sobre su destino final. Entre 1934 y 1967, la palabra «Eternity» se trazó unas 500. 000 veces y pasó a formar parte del patrimonio de Sydney. El 1 de enero de 2000, entre fuegos artificiales, millones de personas vieron la palabra «Eternity» iluminada en el puente de Sydney.

Dios utilizó a este hombre pobre, analfabeto, humilde pero dedicado al servicio de su Señor, para tocar el corazón de muchas personas en todo el mundo.

Por cierto, ¿sabe usted dónde pasará la eternidad?