La Buena Semilla: Lunes 16 Septiembre
Lunes
16
Septiembre
Qué pide el Señor de ti: solamente hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios.
Miqueas 6:8
Prueba de honestidad

En mi escuela hacíamos muchas trampas. Nunca olvidaré lo que un día nos dijo nuestro profesor de matemáticas antes de repartir el examen: «Hoy, queridos alumnos, les voy a hacer dos exámenes: uno de geometría y otro de honestidad. Espero que aprueben los dos. Si fracasan en uno, que sea el de geometría. En su carrera tendrán más oportunidades de aplicar los principios de la honestidad que de utilizar los teoremas de geometría».

Mi profesor tenía razón. En un momento u otro, y en diferentes circunstancias, todos tenemos que pasar esta prueba de honestidad. Por ejemplo, ¿qué hacemos en el supermercado cuando la cajera se equivoca y nos devuelve más de lo justo? ¿Decimos: es error de la cajera, no mío? Y cuando declaramos nuestros impuestos, ¿omitimos información voluntariamente pensando: de todos modos, nadie lo verificará?

El comportamiento moral de una persona es más importante que el nivel de sus conocimientos o ingresos. Pero, en primer lugar, ese comportamiento requiere que uno sea fiel a Dios, a quien no podemos engañar, y que arreglemos las cuentas con él, es decir, que reconozcamos nuestros pecados ante él. ¡Jesús pagó en nuestro lugar el castigo que merecíamos!

“Todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad. Lo que aprendisteis y recibisteis y oísteis y visteis en mí, esto haced; y el Dios de paz estará con vosotros” (Filipenses 4:8-9).

Jeremías 48:28-47 – 2 Corintios 5 – Salmo 106:1-5 – Proverbios 23:15-16