La Buena Semilla: Sábado 12 Octubre
Sábado
12
Octubre
(Ana) con amargura de alma oró al Señor, y lloró abundantemente.

Por este niño oraba, y el Señor me dio lo que le pedí.

1 Samuel 1:10, 27
La amargura (2)

– Ana amaba a Dios (libro de 1 Samuel, capítulo 1). Su marido la amaba mucho, pero ella estaba muy triste porque no tenía hijos; además, su rival la provocaba y se burlaba de ella, por lo cual Ana lloraba y no comía. Entonces, Elcana, su marido, poco comprensivo, le preguntó por qué estaba tan triste. Y añadió: “¿No te soy yo mejor que diez hijos?” (v. 8). Pero Ana “con amargura de alma oró al Señor, y lloró abundantemente”. El sacerdote Elí la confundió con una mujer ebria y la reprendió duramente. No era fácil soportar la incomprensión de su marido, y además la de Elí. Pero Ana sabía que Dios la escucharía. Oró, y su corazón se tranquilizó. Dios la escuchó, y Ana se convirtió en la madre de Samuel, un profeta útil para el pueblo de Dios.

– A menudo el profeta Eliseo era recibido en la casa de una mujer y su marido (2 Reyes 4:8-37). Estos no tenían hijos, pero Eliseo les anunció que pronto Dios les daría uno. El niño nació y creció, rodeado de la ternura de su madre. Un día enfermó, y en pocas horas murió en el regazo de su madre. Ella lo puso en la cama del profeta y, sin informar a su marido, se dirigió a Eliseo, quien vio su amargura. Dios le había dado este hijo, sin que ella lo pidiera. ¿Y se lo quitaría ahora? Eliseo la escuchó, pero ella insistió para que fuera a ver al niño. Entonces él fue, lo resucitó y lo devolvió a su madre.

En su amargura esta mujer de fe se dirigió a Eliseo, el representante del Único que podía ayudarla: Dios. ¡Su fe persistente fue recompensada!

(continuará el próximo sábado)

Deuteronomio 6 – Juan 5:1-23 – Salmo 116:1-11 – Proverbios 25:6-7