La Buena Semilla: Viernes 18 Octubre
Viernes
18
Octubre
Bienaventurado el hombre a quien el Señor no culpa de iniquidad, y en cuyo espíritu no hay engaño.
Salmo 32:2
Me han rodeado males sin número; me han alcanzado mis maldades, y no puedo levantar la vista. Se han aumentado más que los cabellos de mi cabeza, y mi corazón me falla.
Salmo 40:12
Mi cuenta ante Dios

Dios perdonó todos los pecados de los creyentes cuando Cristo murió en la cruz por ellos. En figura, el Señor anunció que estos pecados serían más numerosos que sus cabellos (Salmo 40:12), y todos fueron puestos sobre él durante las tres horas sombrías de la cruz. Soportó su castigo ante el Dios santo. Él, que conocía las exigencias de la justicia divina, sintió todo el peso de ellos.

Sufrió el castigo por los pecados de todos los que han creído, tanto antes como después de su venida. ¡Un sinnúmero de pecados! Pero la víctima era perfecta: “La sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado” (1 Juan 1:7). Dios resucitó a su Hijo y lo exaltó a la gloria para mostrar que el sacrificio de Cristo era la respuesta perfecta a nuestro pecado.

Así, Dios “no culpa de iniquidad” al que cree. Ya no tiene más en cuenta sus pecados, pues Jesús recibió en su lugar el castigo que estos merecían. Dios es justo con Cristo al conceder el perdón a todo el que pone su confianza en él.

Sí, Dios cuenta con precisión, no pasa a la ligera nuestros pecados. Pero perdona a todo el que acude con fe a Jesús, el único que pudo expiar los pecados. ¡Es todo o nada! Mis pecados son borrados por la sangre de Cristo, o siguen inscritos en mi cuenta ante Dios.

Deuteronomio 12 – Juan 7:32-53 – Salmo 118:15-20 – Proverbios 25:18-19