El ADN contiene el código genético que controla los distintos elementos de la célula viva. Se ha calculado que la probabilidad de que un gen de ADN se forme por azar es de una posibilidad entre 10 seguida de 155 ceros. ¡La formación del gen del ADN lleva la firma de Dios!
Predicamos el racionalismo, ¿pero no resulta contradictorio aceptar que la vida en la Tierra es producto del azar y sin embargo mantener la de una inteligencia sobrenatural? ¿Qué es lo que nos impide pensar con claridad sobre los principios básicos de la teoría de la evolución, para que parezcan tan improbables? Si no aceptamos esta teoría, debemos reconocer a un Dios Creador todopoderoso y, en consecuencia, la idea de que el hombre, creado a su imagen y semejanza, está vinculado a su Creador. ¡Mucha gente tiene miedo de creer esto, por temor a perder su independencia!
Sin embargo, Dios ama a sus criaturas y quiere comunicarse con ellas. “Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros” (Romanos 5:8). “Un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, el cual se dio a sí mismo en rescate por todos” (1 Timoteo 2:5-6).
Por la fe venga a Jesús, entre en una relación viva con él. Reconozca que el único fundamento de esta relación es el amor de Dios por usted: ¡es la maravillosa firma de Dios!