El piloto de rally de origen finlandés Ari Vatanen es una de las figuras más respetadas y exitosas de su deporte, con 65 victorias en sus 28 años de carrera. En 1985, sufrió un grave accidente durante un rally en Argentina y estuvo apartado de los circuitos durante 18 meses. Leamos su testimonio:

«Cada uno de nosotros tiene éxitos y reveses, pero es en los momentos difíciles cuando aprendemos las lecciones más importantes. En ese momento puede que nos rebelemos y nos hagamos preguntas, pero al final, a veces años después, todo se aclara y nos damos cuenta de que Dios tiene el control de todo. Aunque no podamos explicarlo todo, nos damos cuenta de que todo es para bien.

El accidente de 1985 y los 18 meses de baja fueron muy duros. Justo cuando empezaba a recuperarme, caí en una profunda depresión. Pero creo que salí de ella menos crítico, más tolerante y con una perspectiva más global de las cosas.

En la vida cristiana, lo esencial no son nuestras emociones o formalismos, sino lo que ocurrió hace 2 000 años en el Gólgota: tenemos que creer en la muerte y resurrección de Jesús. Lo que siempre me asombra es que Dios nos acepte tal como somos. ¿Cómo pudo Jesús morir por nosotros? Estamos tan «podridos»… pero a pesar de todo, él está ahí, esperándonos. Solo Él es santo. Podemos dirigirnos a Dios y decirle: Señor, perdóname, acéptame tal como soy, y él lo hace, independientemente de lo que hayamos hecho antes».