«Soy un legionario de origen húngaro y me gustaría contarle cómo conocí a Dios. Viví en un orfanato en Hungría hasta los 18 años. Luego me enrolé en el ejército. En ese momento Dios no formaba parte de mi vida; simplemente no existía para mí. Incorporado en un ejército extranjero, participé en muchas guerras. Durante una de ellas, en Afganistán, mis compañeros y yo pasamos una noche entera en un lugar donde las balas venían de todas partes. Esa noche temí por mi vida. Entonces le dije a Dios:»Si existes, sácame de aquí con vida«. Cuando salí vivo, empecé a creer que existe un Dios. Entonces se produjo una transformación en mí. Me casé; y mi suegra, que era cristiana, me habló de Jesús. Aunque no tenía ningún interés por la Biblia, empecé a asistir a una iglesia cristiana, porque un nuevo vecino nos invitó a ir. Comencé a entender la Biblia, sus valores, y sentí la necesidad de orar. Durante los dos últimos años, mi esposa y yo hemos visto, en varias ocasiones, los milagros que Dios puede hacer: ¡Jesús cambió mi vida radicalmente! Tomé conciencia de mis pecados y comprendí que debía cambiar, pero no podía hacerlo solo, ¡necesitaba al Espíritu Santo! Hoy todavía tengo muchas cosas que cambiar en mi vida, pero ahora sé que con la ayuda de Dios todo es posible».